Archivos categoría: Homeopatía

En Homeopatía aprendemos que un paciente puede ser especialmente sensible a un determinado medicamento, el cual reflejará las características físicas y psicológicas del individuo en cuestión. Al paciente con esta sensibilidad se le califica con el nombre del medicamento (ejemplo: paciente Calcarea carbonica) y al medicamento en cuestión se le llama remedio constitucional o policresto (por la amplitud de síntomas que es capaz de cubrir en un tipo sensible).

Gracias a este conocimiento y al conjunto de síntomas tan específicos que tratan los numerosos medicamentos homeopáticos, podemos tomar una serie de medidas preventivas para evitar alteraciones en la salud de los pacientes. Esto es muy importante en aquellos individuos cuyo medicamento constitucional tiene una acción importante sobre el hígado. Cuando consultamos las Materias Médicas (Tratados de Homeopatía en los que están listados los medicamentos y sus síntomas), nos encontramos con que estos remedios de acción hepática suelen cubrir síntomas muy variados de hipersensibilidad (a las emociones, a los olores, a los dolores, a las sustancias químicas, etc.) y es en estos casos cuando se debe tener especial cuidado a la hora de actuar sobre un determinado paciente.

Por tanto, al establecer un tratamiento médico con fármacos o administrar vacunas conviene evitar los procedimientos agresivos, como prescribir numerosos medicamentos o inyectar varias dosis vacunales a la vez. Hay que recordar que entre las numerosas funciones del hígado se encuentra la de procesar toda sustancia química para su uso en las células o bien para su eliminación por orina o heces, evitando efectos tóxicos sobre el organismo. En los “pacientes hepáticos”, esta actividad orgánica es especialmente delicada y, cuando se someten a terapias o procedimientos farmacológicos agresivos, aparecen síntomas variados de enfermedad que reflejan la delicadeza funcional de sus respectivos hígados. La gran mayoría de veces suele tratarse de erupciones cutáneas, picores y alteraciones del comportamiento que van desde la hiperactividad hasta el decaimiento con apatía. Otras veces, el problema se agrava con cuadros de fiebre, vómitos, diarreas y estados de shock, los cuales son síntomas propios de una intoxicación. Lo que normalmente no se suele considerar es que la toxicidad se deba al tratamiento, en lugar de estar causado por otras sustancias nocivas como alimentos en mal estado, plantas tóxicas o productos de limpieza.

Algunos ejemplos de medicamentos constitucionales homeopáticos en los que se deben tomar precauciones por su especial sensibilidad hepática son Nux vomica, Phosphorus y Thuya. No obstante, son muchos más los remedios con este problema de fondo, de modo que la elección acertada es establecer protocolos de actuación generales en la consulta veterinaria, como por ejemplo:

– Prescribir los medicamentos por separado.

– Alternar las dosis de distintos medicamentos con acción sinérgica.

– Comenzar la terapia con dosis mínimas e ir incrementándolas según se necesiten.

– Admininstrar las vacunas por separado.

– Dejar un periodo de tiempo lo más amplio posible entre dosis de vacunas.

– Usar inmunoestimulantes homeopáticos para evitar los efectos nocivos de las vacunas.

A la consulta veterinaria acuden una gran cantidad de animales domésticos y silvestres con alteraciones en la piel. La mayoría de veces, los síntomas cutáneos son reflejo de la existencia de una enfermedad interna que afecta a uno o varios órganos y sistemas. Otras veces, la presencia de parásitos externos o el uso de productos higiénicos y zoosanitarios inadecuados enmascaran el problema de fondo, o bien despistan al veterinario a la hora de establecer el diagnóstico.

Una norma esencial en la consulta es preguntar al propietario del animal sobre el comienzo del problema, su relación en el tiempo con posibles factores causales o desencadenantes y la coexistencia de otros síntomas que permitan orientar el diagnóstico hacia un sistema orgánico concreto.

En el aspecto nutricional, es tan importante la dieta como descartar desordenes metabólicos que conlleven la mala asimilación de determinados nutrientes, siendo evidente su efecto sobre la calidad de la piel, el pelo y las uñas. En Homeopatía contamos con numerosos remedios que tratan la malabsorción de ciertas sales inorgánicas en el intestino, como son Calcarea carbonica, Natrum muriaticum o Silicea, pero su prescripción debe hacerse en base a la presentación de unos síntomas específicos que pueden variar según el paciente.

Los puntos diagnósticos de Acupuntura (Shu dorsales del meridiano de Vejiga y Mu a lo largo de Vaso Concepción) facilitan la detección del meridiano y órgano vinculado al mismo que están afectados primariamente, pudiéndose explicar los efectos secundarios que la alteración inicial está causando sobre el resto del organismo, incluyendo la piel.

Por último, las pruebas complementarias (análisis sanguíneos) se emplearán cuando se sospeche de reacciones de hipersensibilidad a alérgenos endógenos (alimentos ingeridos) y/o exógenos (pólenes, hongos, parásitos, etc.). El tratamiento debe ser lo más completo posible, abarcando toda la sintomatología del paciente y buscando la complementación entre las distintas medidas terapéuticas (ejemplo: Nutriterapia + Homeopatía + Acupuntura).

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Homeopatía para las infecciones

Dom 28 agosto, 2011 / / categorías: Homeopatía /

A la pregunta de “¿con qué se cura una infección?”, la respuesta que daríamos todos es “con un antibiótico”. La medicina convencional moderna ha establecido este axioma inamovible entre los profesionales de la Medicina y el público en general. Síntomas como fiebre, supuración e inflamación suelen ser comunes en las enfermedades infecciosas y vienen a justificar la prescripción imprescindible del único medicamento aprobado de manera “oficial”. Pero estos síntomas no se presentan sólo cuando hay una infección causada por microbios, pues no se debe olvidar que son la respuesta defensiva del organismo frente al agente agresor. Es decir, el cuerpo los produce para protegerse:

- Fiebre: el aumento de la temperatura corporal inhibe el crecimiento y desarrollo de bacterias, virus y hongos, pero también incrementa la veocidad de las reacciones metabólicas para transformar los tóxicos en productos inocuos y de desecho.

- Pus: es un exudado que contiene suero, células muertas y leucocitos. Aisla y destruye tanto los microorganismos como las toxinas y los arrastra al exterior mediante el proceso de supuración.

- Inflamación: la reacción de la histamina impide que las sustancias tóxicas acumuladas en el tejido lesionado, ya sean exógenas o endógenas, dañen a más células sanas.

Como se puede ver, los procesos febriles, purulentos e inflamatorios pueden tener diversas causas y los antibióticos no son la única solución al problema. La Toxicología nos lo demuestra día a día y, gracias a este conocimiento, la Homeopatía dispone de numerosos medicamentos para tratar las infecciones, pues lo que cuenta aquí es que el remedio homeopático cubra los síntomas del paciente de forma similar y esto es independiente del nombre o calificativo que tenga.

Además de todo lo dicho hasta ahora, hay que tener presente un principio básico que está al margen de la eficacia del tratamiento aplicado: el organismo es el último responsable de la cura de las infecciones y si no tiene capacidad para hacerlo no podrá superar la enfermedad. Con esto se quiere decir que es el cuerpo quien cura sus sufrimientos y los medicamentos sólo son medios que facilitan este objetivo.

En el caso concreto de las infecciones, los antibióticos matan a los microbios con gran eficacia, pero las bacterias y los hongos aniquilados siguen en el lugar donde estaban ubicados. Si el organismo no es capaz de eliminarlos, los invasores y sus desechos seguirán constituyendo un problema para la salud.

La Homoeopatía da la clave al cuerpo para que desarrolle sus síntomas de manera eficaz y consiga expulsar al exterior aquello que lo perturba. Por eso sus remedios son tan buenos para tratar procesos sépticos y la práctica clínica diaria da la razón a quienes no se obcecan con la imperiosa necesidad de utilizar antibióticos siempre que aparezca una infección. Entre los medicamentos más destacados frente a las infecciones con fiebre, inflamación y supuración se encuentran Silicea, Hepar sulphur y Pulsatilla, aunque hay muchos otros como Belladonna, Lachesis, Causticum, Sulphur, Calcarea carbonica y Phosphorus.

En cualquier caso, no se debe olvidar que hay que indicar aquel que cubra los síntomas mentales y físicos del paciente en su totalidad y con la mayor similitud posible. En Homeopatía, el axioma inquebrantable es Similia similibus curantur, que es la base de la Ley de los Semejantes y quiere decir que “lo similiar se cura con lo similar”.